jueves, 22 de mayo de 2014

EL CUENTO DEL GALLO CAPON (Gabriel García Márquez)

Los que querían dormir, no por cansancio sino por nostalgia de los sueños, recurrieron a toda clase de métodos agotadores. Se reunían a conversar sin tregua, a repetirse durante horas y horas los mismos chistes, a complicar hasta los límites de la exasperación el cuento del gallo capón, que era un juego infinito en que el narrador preguntaba si querían que les contara el cuento del gallo capón, y cuando contestaban que sí, el narrador decía que no había pedido que dijeran que sí, sino que si querían que les contara el cuento del gallo capón, y cuando contestaban que no, el narrador decía que no les había pedido que dijeran que no, sino que si querían que les contara el cuento del gallo capón, y cuando se quedaban callados el narrador decía que no les había pedido que se quedaran callados, sino que si querían que les contara el cuento del gallo capón, y nadie podía irse, porque el narrador decía que no les había pedido que se fueran, sino que si querían que les contara el cuento del gallo capón, y así sucesivamente, en un círculo vicioso que se prolongaba por noches enteras.

miércoles, 14 de mayo de 2014

FRASES CELEBRES DEL AUTOR



  • "La peor forma de extrañar a alguien es estar sentado a su lado y saber que nunca lo podrás tener."
  • El día que la mierda tenga algún valor, los pobres nacerán sin culo.
  • Lo más importante que aprendí a hacer después de los cuarenta años fue a decir no cuando es no.
  • No hay medicina que cure lo que no cura la felicidad.
  • Ninguna persona merece tus lágrimas, y quien se las merezca no te hará llorar.
  • No, el éxito no se lo deseo a nadie. Le sucede a uno lo que a los alpinistas, que se matan por llegar a la cumbre y cuando llegan, ¿qué hacen? Bajar, o tratar de bajar discretamente, con la mayor dignidad posible.
  • El escritor escribe su libro para explicarse a sí mismo lo que no se puede explicar.
  • No tenemos otro mundo al que podernos mudar.


jueves, 8 de mayo de 2014

Un hombre con suerte

“Pronto llegará el día de mi suerte, pronto antes de mi muerte, seguro que mi suerte cambiará”. Esta canción de Willie Colón nacido en el Bronx en 1950, en la voz inigualable de Héctor Lavoe, define la vida y obra de Gabriel García Márquez (1928-2014), un hombre tocado por la mano de la diosa fortuna a quien la suerte le llegó “un día de éstos”, y supo aprovecharla.
Cambio de escena y de escenario. Gabriel y su familia aterrizan en el aeropuerto de Madrid el 4 de noviembre de 1967, alquilan un coche que les lleva a su nueva ciudad, Barcelona. Allí, instalados en una espaciosa planta baja, la música cobra un lugar especial, más que los libros. La nueva casa es lugar de reunión de gustosas visitas como las de los Feduchi, Pla, Luján o Cunqueiro. Le da tiempo a escribir El otoño del patriarca y los Doce cuentos peregrinos. Y escucha de paseo por la Rambla a ese niño prodigio llamado Pedro Gené y su grupo Lone Star cantando “Mi calle”, una canción que se convierte en himno, y no solo en Barcelona, en aquel noviembre de 1968.

A Gabriel García Marquez le llegó el día de la suerte, pero no olvidó que todos albergamos la misma esperanza. “A Dios vayáis, con Dios quedéis”. A dormir al lado del manco (de Lepanto). Que aquí nos quedamos el resto viviendo para contarla.

miércoles, 7 de mayo de 2014

MUERTE ANUNCIADA (Gabriel García Márquez)

Bajo un aguacero extraviado, el 6 de marzo de 1927, nació Gabriel José García  Márquez. Hoy, bajo los primeros olores que anuncian lluvia, este jueves 17 de abril de 2014, a la edad de 87 años, ha muerto en México DF el periodista colombiano y uno de los más grandes escritores de la literatura universal. Autor de obras clásicas como Cien años de soledad, El amor en los tiempos del cólera, El coronel no tiene quien le escriba, El otoño del patriarca y Crónica de una muerte anunciada,fue el creador de un territorio eterno y maravilloso llamado Macondo.